Con estilo borgoñés, este Vino de Familia de Viñedos del Jorco viene dando mucha guerra. Cargadito de fruta roja madura, especias de pimienta blanca, toques herbáceos, regaliz y sensaciones minerales para ruborizarte de placer.
Fluido, tenso, con mucha frescura gracias a una acidez perfectamente ensamblada y una final agradable que invita a repetir cada día de nuestra vida si no fuera por las menos de 400 botellas que ven la luz.