Pues sí, nos gustan los vinos jóvenes. Creemos en ellos porque siempre dicen la verdad. Se expresan tal y como son, sin maquillaje, sin máscaras. Leemos la historia de la añada a través de ellos. Tienen una vida corta, pero mucho que contar.
Decidimos llamarnos Veintisiete en honor al mítico Club de los Veintisiete, un grupo formado por una serie de músicos de talento documental que tuvieron vidas intensas, memorables, prolíficas y desgraciadamente cortas. Janis, John, Jimmy, Kurt, Amy. Todos ellos nos dejaron a los 27 años.
Recuperamos un estilo tradicional donde prima el carácter frutal y los matices del Tempranillo. Una maceración corta buscando finura pero con nervio, sin perder la tipicidad del Duero. En boca es sedoso, redondo. Un vino directo que se expresa tal cómo es, que emociona en la copa y se disfruta desde el primer sorbo.
Carnes y guisos.